instruido y obediente, consiguió derrotar a su tío y, a la vez, importunar a algunos territorios cristianos que en aquel batiburrillo de extraños compañeros de cama eran aliados de su familiar. Hasta el punto de saquear Jerusalén y echar por tierra pago de un importante rescate y la devolución de algunas plazas, y, junto a los mamelucos, comenzó a ordenar aquel batiburrillo